En nuestra sociedad es bastante habitual el uso de una serie de sustancias psicoactivas (ya sean estas legales, como el alcohol o el tabaco, o ilegales como la cocaína, la marihuana, etc.), de manera recreativa o para experimentar los principales efectos a corto plazo que producen: desinhibición y euforia, los cuales pueden resultarle útiles a algunas personas a la hora de afrontar un contacto erótico. También hay que tener en cuenta que, efectivamente, con el consumo de muchas de estas drogas al principio se produce un incremento del interés erótico. Sin embargo, en general, las drogas tienen efectos indeseados en las relaciones sexuales.