En el post de hoy vamos a hablar de cuatro componentes de las relaciones sobre los que sería interesante reflexionar, independientemente de si nuestras relaciones son monógamas o no monógamas. Partimos de la base de que cualquier relación que nos haga felices es completamente válida, siempre que esta sea consensuada y sana. Algunas de las ideas que tratamos en este artículo están extraídas del libro Designer Relationships. A guide to happy monogamy, positive polyamory, and optimistic open relationships. Los autores proponen cuatro elementos de la monogamia que sería interesante repensar: el componente sexual, el emocional, el social y el práctico. En este post, los analizamos a partir de algunas cuestiones que nos encontramos en consulta y en nuestros talleres.
-Monogamia sexual. Haría referencia a la exclusividad sexual en la relación. Pero la exclusividad sexual no significa lo mismo para todo el mundo; hay personas para las que la masturbación o ver porno podría ser considerado infidelidad. Para otras, una relación sexual fuera de la pareja solo son cuernos si esta conlleva penetración vaginal, acotando la perspectiva de la erótica a una visión muy estrecha. Otra idea habitual en parejas heterosexuales es que si la relación se da con alguien del mismo sexo no es infidelidad, o al menos «no tan grave». Los acuerdos de exclusividad sexual en relaciones monógamas pueden no estar tan claros como pudiera parecer. Y a pesar de ello, en muchas ocasiones no se habla sobre ello. En las relaciones no monógamas se tiende a especificar más este tipo de cuestiones, pero también puede ser fuente de conflicto si no se habla de estos temas.
-Monogamia emocional. La monogamia emocional es entendida como reservar el amor y el compromiso a una sola persona, sería el tipo de afecto «destinado a la pareja». Pero esta parte también resulta complicada de definir a veces, ya que en algunos casos, los sentimientos de haber sido engañado tienen más que ver con lo emocional que con lo sexual. Y si las cuestiones sexuales no se suelen negociar y definir, las emocionales probablemente menos. Un ejemplo de este tipo de dificultades en relaciones monógamas podría incluir la pregunta de si flirtear con otra persona sin que la cosa llegue a lo físico es aceptable o sería considerado infidelidad. O más complicado de definir aún, el tema de sentir atracción emocional por otra persona que no sea la pareja aunque no llegue a haber un encuentro sexual. En relaciones no monógamas existe el clásico acuerdo de que se pueden tener encuentros sexuales con otras personas pero sin que haya enamoramiento, que puede dar lugar también a complicaciones.
-Monogamia social. Tiene que ver con qué persona se pasa la mayor parte del tiempo. En la monogamia social la pareja se ve como un pack o unidad indivisible. En este modelo, la pareja debería ser capaz de cubrir todas nuestras necesidades. En algunas relaciones no monógamas, es esta parte la que puede dar lugar a dificultades; en algunos casos, no es la formación de vínculos emocionales lo que da problemas, sino que las dificultades vienen cuando estos vínculos no son distribuidos de forma igual entre las personas implicadas. Un ejemplo de cómo las relaciones no monógamas pueden ser «socialmente monógamas» podrían ser algunas parejas swinger que solo mantienen relaciones sexuales con otras personas si están juntas. En este caso no existe una exclusividad sexual y la exclusividad emocional podrá depender de otras cuestiones, pero la pareja es un elemento central incluso si están manteniendo relaciones sexuales con otras personas.
-Monogamia práctica. Se refiere a los acuerdos a nivel doméstico y cómo la gente estructura su vida en cuanto a convivencia, económicamente, cuidado de los hijos e hijas y otros aspectos del día a día. Nuestro sistema social y legal está sesgado hacia la monogamia práctica, en el sentido de que todo está diseñado para matrimonios de dos personas. Pero las estructuras familiares pueden variar y es algo igualmente negociable, tanto en relaciones monógamas como no monógamas.
Como ya se aclaró al inicio del artículo, no existen unos modelos mejores que otros siempre que se den unas interacciones sanas en las relaciones; pero puede ser interesante reflexionar acerca de estas cuestiones, tanto si estamos en una relación monógama como no monógama. Algunos elementos clave para las relaciones felices son la reflexión, la comunicación, la negociación y el consenso. ¡Así que os animamos a ello!
Referencias:
- Michaels, M. A., & Johnson, P. (2015). Designer Relationships. A guide to happy monogamy, positive polyamory, and optimistic open relationships. Cleis Press, New Jersey.