Cuando pensamos en dibujos animados, seguramente nos vienen a la cabeza, entre otros, las películas de Disney. Si bien es cierto que Disney ha evolucionado intentándose adaptar a los nuevos tiempos, incluyendo en sus últimas películas personajes de mujeres valientes, guerreras, independientes, de diferentes etnias y culturas y con diversos tipos de cuerpo (por ejemplo: Tiana y el sapo, Brave, Frozen, Vaiana…), no ocurre así con sus películas más antiguas. Si echamos la vista atrás nos encontramos con las típicas historias de príncipes heroicos, princesas más o menos pasivas (todas muy normativas) y amor romántico a raudales.
Por otra parte, aunque sea mucho menos conocido, tenemos a su equivalente japonés: Studio Ghibli, en cuya filmografía encontramos películas que transmiten valores relacionados con la ecología, la amistad, las relaciones humanas, etc., y en las que aparecen numerosos personajes femeninos de todo tipo (por ejemplo: La Princesa Mononoke, El Viaje de Chihiro, Mi Vecino Totoro…).
Pero ¿qué ocurre, ya no con las películas, sino con las series de dibujos animados?
Las series han tratado y tratan temas muy diversos y sería complicado categorizarlas; sin embargo, en este artículo me gustaría hacer hincapié en aquellas que incluyen personajes LGTB+, personajes que no encajan con los roles de género tradicionalmente asignados, personajes que se encuentran dentro de un modelo afectivo o familiar que no es el heteronormativo, etc.
Desde la década de los 70, Japón lleva produciendo series en las que aparecen personajes LGTB+. A partir de los 90, algunas de estas series comenzaron a llegar a Occidente, como fue el caso de Sailor Moon, Caballeros del Zodiaco o Reena y Gaudy. Sin embargo, al traspasar fronteras, la mayoría de las veces, estas series eran censuradas a través del doblaje: cambiando relaciones establecidas entre personajes (por poner un ejemplo, convirtieron en primas a dos personajes femeninos de Sailor Moon que eran pareja en el original), cambiando de sexo a personajes andróginos y censurando insinuaciones y juegos de seducción entre personajes del mismo sexo.

Cuanto más prima… (© Naoko Takeuchi)
Hoy en día, al contrario de lo que cabría esperar, sigue habiendo escenas que son censuradas en lugares como Estados Unidos y Reino Unido (no siendo así en España). Así ocurrió, por ejemplo, con una escena de Steven Universe, que fue censurada debido a que dos personajes femeninos aparecen bailando juntos llegando casi a besarse.
A pesar de algún que otro caso de este estilo, de un tiempo a esta parte, cada vez son más las series de dibujos animados destinadas a un público infantil en las que aparecen representadas diferentes realidades y personajes diversos:
- Personajes con orientaciones sexuales no heterosexuales: Tal es el caso de dos personajes de Hora de Aventuras (La Princesa Chicle y Marceline, la Vampira, que aparecen en la primera imagen de este artículo), cuyo creador admitió públicamente que habían sido pareja en el pasado y que, debido a eso, se muestra una relación un tanto ambigua entre ellas a lo largo de la serie. Otro caso reciente es que, por primera vez en Disney Channel, en la serie Star vs Las Fuerzas del Mal, en una escena aparecieron besos entre personajes del mismo sexo (entre dos hombres y entre dos mujeres).
- Personajes que no encajan en los roles de género que social y tradicionalmente han sido atribuidos a hombres y mujeres: por ejemplo, Steven Universe, protagonista de la serie homónima, es un niño sensible, empático y cariñoso, que viste siempre de rosa y al que, de vez en cuando, le encanta sacar a la diva que lleva dentro (tal y como podemos comprobar en el vídeo de más abajo).
- Personajes con un modelo familiar que no es el heteronormativo o tradicional: Por ejemplo, Jeff, un personaje de la serie Clarence, que tiene dos madres o el propio Steven Universe, que tiene un padre y tres madres, por así decirlo.

Jeff y sus madres (© Cartoon Network)
También es destacable otro hecho y es que, en las series mencionadas, especialmente en Steven Universe, se habla mucho de amor. No del típico modelo de amor romántico con el que nos bombardean desde numerosos frentes, sino de diferentes tipos de amor: el amor entre Steven y su padre, el amor entre Steven y su mejor amiga, el amor entre las Gemas de Cristal (personajes femeninos alienígenas que cuidan de Steven) y entre Steven y ellas. Se muestran muchos tipos de vínculos y ninguno se posiciona por encima del resto sino que se valoran, cuidan y protegen todos por igual.
La diversidad existente en el mundo real debe aparecer también en los dibujos animados.
Una de las claves más importantes es que la inclusión en las series de estos personajes, situaciones, modelos afectivos y familiares, se está haciendo de una forma completamente natural, sin que ello sea relevante para la trama o sea motivo de sorpresa. De esta manera se contribuye a la normalización y a la aceptación, por parte de los niños y las niñas, de la diversidad como lo que es: Un hecho.
Otro punto a tener en cuenta es que es necesario contribuir a que ellos y ellas tengan a su alcance referentes culturales en los que puedan ver reflejadas realidades parecidas a la suya o personajes con los que identificarse.
En definitiva, que existan cada vez más series de dibujos animados de este tipo es muy positivo para niños y niñas a la hora de aprender a relacionarse, a la hora de aprender a aceptarse y a quererse tal y como son y, en definitiva, para crecer de una manera más feliz, pudiendo expresarse más libremente.
Imagen de cabecera: © Cartoon Network.
Tienes toda la razón. La representación es muy importante en la niñez porque así puedes sentir que no eres une extrañe. Me ha gustado mucho el artículo.
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